Vigilar la calidad de quien vigila la calidad

Aunque el título parezca un trabalenguas, si en Calidad buscamos la excelencia, será necesario vigilar a quien vigila, verificar a quien verifica y homologar a quien homologa. Así que, en el siguiente artículo, vamos a señalar los factores de mayor influencia en la verificación de los controles de calidad en la industria productiva en lo que a Ensayos no Destructivos se refiere.

Si los Ensayos no Destructivos (END) controlan la calidad de los productos fabricados, ¿cómo se controla la calidad de ejecución de los END? Para contestar a esta cuestión debemos fijarnos en dos factores clave: cómo se ejecuta el ensayo y quién lo ejecuta.

¿Cómo se ejecuta el ensayo?

La correcta ejecución del ensayo queda asegurada cuando se han verificado todos los requisitos técnicos aplicables. Dichos requisitos se hallan inequívocamente detallados en los códigos, normas, especificaciones y/o procedimientos de ejecución del END. Pueden acotarse en forma de valores, de condiciones o de rangos de aplicabilidad. Pueden ser variables como la temperatura, la iluminación, el uso de patrones comparadores, el uso de medidores de algún parámetro físico, etc. Todos ellos son los garantes de la efectividad del proceso.

Vamos a ver algunos ejemplos prácticos:

En el método de líquidos penetrantes mediremos la temperatura para asegurarnos de estar en el rango definido por el procedimiento. Realizar el ensayo fuera de este rango podría dificultar, o incluso, impedir la detección de discontinuidades relevantes.

En el método de ultrasonidos ajustaremos la ganancia del equipo mediante el uso de patrones con reflectores normalizados. Ajustar la ganancia con otros reflectores podría causar la pérdida total o parcial del nivel de detección requerido.

En el método de inspección visual mediremos la iluminación de la superficie sometida a ensayo. La carencia de luz impide la visión, con lo que nuestros ojos no tendrían la sensibilidad necesaria para detectar cambios relevantes en la superficie examinada.

Así pues, nos encontraremos con requisitos específicos o, incluso, normas específicas para la verificación de las condiciones del END. Su cumplimiento será vital para asegurar la calidad del proceso.

¿Quién ejecuta el ensayo?

La correcta aplicación de los Ensayos no Destructivos (END) depende en gran medida de los conocimientos, las capacidades y la experiencia del personal que los ejecuta. Salvo en inspecciones totalmente automatizadas, la injerencia humana en el desarrollo e interpretación del END es crucial para llegar a obtener resultados fiables.

Es por tanto de una importancia indiscutible la presencia y cumplimiento de las normas o prácticas que regulan la formación, cualificación y certificación del personal que realiza, registra y evalúa los procesos de END.

La formación específica aporta los conocimientos que el personal deberá tener para entender el proceso, para ejecutarlo correctamente y para interpretar los resultados obtenidos.

La experiencia afianza los conocimientos teóricos, los eleva hasta un mayor entendimiento y, sin duda, aporta fiabilidad y confianza a la detección y a la evaluación. Por algo se dice que la experiencia es la madre de la ciencia…

La capacidad física del personal asegura que reúne las condiciones necesarias para poder ejecutar el ensayo y visualizar los resultados. En este orden entraría el requisito de agudeza visual y percepción cromática.

Una vez reguladas la formación, la experiencia y la capacitación, el personal deberá ceñirse fielmente a las pautas, instrucciones o procedimientos escritos para asegurar la uniformidad y la repetitividad y, de esta forma, minimizar el error derivado del factor humano.

Herramientas de vigilancia

Históricamente, la principal herramienta de vigilancia ha sido el análisis documental. La auditoría de aquellos documentos que recogen informes de ensayo, registros de resultados, certificados de productos, certificados de cualificación del personal, etc. ha sido en gran medida el termómetro de calidad de los END.

Sin embargo, en los últimos años ha adquirido especial relevancia la supervisión directa del ensayo, durante la ejecución del mismo. Tiene por objeto asegurar que todos los requisitos técnicos y humanos se ajustan a lo requerido por los documentos preceptivos (normas, códigos, especificaciones, procedimientos, etc.) mientras se realiza el ensayo.

La principal ventaja es la inmediatez del control, permitiendo la corrección en el momento, sin acumular errores, incluso evitando situaciones no retornables.

Así que ha aparecido en escena la figura del inspector de inspectores, o supervisor de END. Esta persona debe ser técnicamente competente para entender el ensayo y sus requisitos, y preferiblemente con experiencia, para poder valorar las posibles desviaciones que surjan durante el ensayo. Así pues, el supervisor de END, habitualmente cualificado en el método de END que vaya a supervisar, deberá asegurarse de que el inspector al cargo del ensayo realice los pasos, comprobaciones, ejecución y evaluación correctamente. Con una visión externa y experta que aporte confianza al resto de actores y afiance el objetivo último de la calidad en la fabricación.